Hay estilismos que no se cierran hasta que no tienen el brillo perfecto; una joya capaz de reflejar todos los flashes captando toda la atención del público asistente e incluso del televidente. Y eso fue lo que logró Lady Gaga en la gala de la 91 Ceremonia de los Premios OSCARS, con la joya más costosa exhibida en la alfombra roja: el “Tiffany Diamond”.

 

 

La piedra de 128,54 quilates, con más de 80 facetas radiantes y 141 años de antigüedad, se valora en más de 30 millones de dólares, por ello no nos sorprende que la protagonista de A Star Is Born lo llevara puesto siendo una de las embajadoras de la marca.

 

 

 

El diamante amarillo que la adornó fue descubierto por el fundador de Tiffany & Co., en 1877 en las minas Kimberley o Big Hole de Sudáfrica, y es considerada como una de las excavaciones a mano más grandes del planeta. Luego se popularizó después de que una de las estrellas más clásicas del cine, Audrey Hepburn lo luciera en varias de las imágenes promocionales de la película Desayuno con diamantes.

 

 

Ya esta joya la había cargado Mary Whitehouse en su presentación en un baile de debutantes en Newport, Rhode Island, en 1957. Sin embargo, desde ese entonces no había aparecido en el cuello de alguien más hasta ahora que la intérprete de Shallow lo usó para acompañar su sobrio vestido color negro de Alexander McQueen.

 

 

Lady Gaga es la innovadora por excelencia, una creadora y rompedora de barrera que estamos encantados de que haya llevado el legendario diamante Tiffany en una entrega de premios por primera vez desde que se descubriera hace 141 años“, aseguraron los portavoces de la marca Tiffany.

 

 

 

 

 

 

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