Picasso, Fontana y Chagall crearon algunas de sus obras de cristal italiano en Murano desde la pequeña isla veneciana donde este arte tuvo origen en el siglo VIII. Estas gemas hechas por el hombre son únicas e irrepetibles por lo que viajeros antiguos y modernos lo han atesorado por ser además de un objeto de contemplación, un emblema de buen gusto, originalidad y sofisticación.